DIOS Y ONCE MAS

No es muy común ver que un técnico apueste al poder divino como un arma secundaria ante tamaño partido. Sin dudas, Diego quiere estar hasta en el más mínimo detalle y si estuviese metido en la astrología seguro que ya estaría alineando planetas. La cuestión es que siempre al buen juego dicen que hay que acompañarlo con un poquito de buena suerte. Y si encima le agregamos jugar con doce por la presencia del, valga la redundancia, Omnipresente, es afano.
Ojalá que así lo sea.
Ojo... sabemos que Dios los ama a todos por igual y que los brasileños, con sus fiestas religiosas y sus novelas catolicas que cambian el horario de la Copa Libertadores, son de los más queridos por el Todopoderoso.
Pero bueno, quien sabe; tal vez ÉL esté de nuestro lado y Palermo meta un gol de penal, o dos, o tres. Posiblemente Messi tome de una vez por todas el timón y conduzca a este equipo, o podriamos imaginar a Heinze robando una pelota con la mente y no con las patadas. Eso sí, Diego: si esto sucede, una vez a la semana, todos en capilla.
Publicado por Alejo Pietra.
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